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La diferencia entre una política de acoso sexual y una política de prevención de abusos

Una política de acoso sexual de los empleados se centra en prevenir y responder al acoso sexual y la discriminación de los empleados. Una política de prevención de abusos se centra en mantener a los niños, consumidores, personas vulnerables y ancianos de sus programas a salvo de abuso sexual, físicos y mentales. Garantizar unas políticas sólidas para ambos casos puede protegerle a usted, a su personal y a las personas a las que atiende.

Una política contra el acoso sexual de los empleados está diseñada para prevenir el acoso y la discriminación contra individuos que tienen características específicas. Los tipos de clases protegidas varían según el estado, pero existen protecciones federales para las siguientes clases: raza, color, religión, sexo (incluidos embarazo, orientación sexual o identidad de género), origen nacional, edad (40 años o más), discapacidad e información genética (incluidos los antecedentes médicos familiares). El acoso sexual es un tipo de acoso basado en el sexo. La mayoría de las políticas de acoso sexual de las organizaciones prohíben el acoso y la discriminación, pero se quedan cortas a la hora de formalizar medidas preventivas o proporcionar orientación para las distintas interacciones. Por ejemplo, muchas políticas tienen una declaración de  cero tolerancia , pero no definen los comportamientos interpersonales adecuados e inadecuados en un ambiente de oficina.

Además, las organizaciones no capacitan de forma adecuada en las medidas preventivas, un hecho señalado por la EEOC en su estudio de 2016 sobre el acoso en el lugar de trabajo. Para avanzar eficazmente hacia la prevención en lugar del cumplimiento de las estándares legales básicas, las organizaciones deben capacitar a los empleados para intervenir cuando se enfrentan al acoso. Incluso si no son el objetivo, las organizaciones deben elaborar políticas y capacitar a los empleados para detener a los posibles acosadores en una fase temprana del proceso. Esto debe hacerse antes de que el comportamiento de acoso alcance la definición legal de acoso sexual. Los acosadores suelen seguir el patrón de los adultos que seducen a los niños: empiezan por traspasar los límites y por comportamientos de bandera roja, y siguen escalando a menos que se aborden estos comportamientos. Este tipo de pautas son las que hacen que sea crucial contar con políticas adecuadas. Trabajar en la prevención ahorra tiempo y dinero a las organizaciones e impactar  positivamente en los resultados. Los estudios demuestran que las organizaciones que ofrecen un lugar de trabajo libre de acoso y discriminación tienden a tener menos rotación de personal y un mayor rendimiento y productividad de los empleados.

Del mismo modo, las políticas eficaces de prevención de abuso se centran en la prevención y no únicamente en el cumplimiento de la ley. Dichas leyes son esencialmente afirmaciones legales de cero tolerancia , lo cual, como se ha comentado anteriormente, no es suficiente para evitar que se produzca un abuso. Las organizaciones necesitan políticas sólidas de prevención de abusos que definan las acciones apropiadas e inapropiadas para adultos y jóvenes. Dichas políticas deben incluir información sobre como reportar y responder a las preocupaciones, de modo que cuando surjan problemas, sea fácil encontrar orientación. Las Políticas Modelo de Praesidium profundizan en tipos específicos de interacciones frecuentes en los programas para jóvenes y proporcionan orientación y mejores prácticas para una serie de situaciones específicas  en los programas para jóvenes, como la supervisión de áreas y actividades de alto riesgo. Las Políticas Modelo de Praesidium también contienen instrucciones para responder a comportamientos sospechosos o inapropiados o a violaciones de las políticas, sospechas de abuso y actividad sexual entre jóvenes. Estas políticas detalladas son una herramienta excelente para prevenir los abusos, pero las políticas por sí solas no garantizan que no se produzcan incidentes.

Praesidium lleva más de 25 años trabajando con organizaciones para prevenir el abuso. Al hacerlo, hemos aprendido que la prevención no es tan fácil como elaborar una declaración de cero tolerancia o incluso crear un manual exhaustivo de las políticas.  La gestión del riesgo de abuso, al igual que la del acoso sexual, requiere un enfoque operativo o basado en sistemas. Las organizaciones deben tener políticas que definan las interacciones apropiadas e inapropiadas y prescriban las consecuencias cuando se violan esas políticas. Durante el proceso de selección, deben formularse preguntas que indaguen en el historial del solicitante y el riesgo de abuso o acoso. Asimismo, hay que asegurarse de incluir capacitación, no sólo para los nuevos empleados, sino para todos, sobre las políticas y expectativas de la organización. Este nivel establece los límites aceptables de comportamiento en toda la organización y ayuda a los empleados y dirigentes a detectar acciones que están fuera de ese límite.

También es crucial proporcionar un método para reportar problemas. Este método permite a las personas comunicar las infracciones de la política a las directivas, estos a su vez pueden documentarlas y responder de forma adecuada basada en una serie de respuestas contínuas . Si no se responde apropiadamente, puede producirse una pérdida de confianza en la organización y una baja en la moral. La pérdida de confianza y la moral baja debilita la labor de prevención de abuso o acoso que realiza la organización y, en muchos casos, esta fatiga  puede provocar más incidentes. El éxito de los esfuerzos de prevención requiere un compromiso significativo de tiempo y recursos, pero al final, ¡merece la pena! Praesidium sabe que este trabajo puede parecer desalentador, pero disponemos de herramientas, recursos y asesoramiento para ayudarle a superarlo.