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Cinco consejos de prevención para crear una cultura de la seguridad en las organizaciones de salud

En 2017, una investigación de CNN descubrió que más de 1.000 residencias de ancianos fueron citadas por gestionar mal o no prevenir presuntos casos de violación, agresión sexual y abuso sexual en sus instalaciones entre 2013 y 2016.

Una investigación del la revistaA"tlanta JournalConstitution" identificó a más de 2.400 médicos acusados de conducta sexual inapropiada con pacientes.

Incluso con estas investigaciones, los investigadores consideran que "no es posible ofrecer una estimación precisa de la frecuencia de las violaciones sexuales en medicina", y es simplemente porque son muy pocas las víctimas que denuncian.

Afortunadamente, la mala conducta sexual en las organizaciones de saud se puede prevenir. He aquí algunos consejos para crear una cultura de seguridad para sus pacientes.

 

1. Discutir y construir mejores límites profesionales.

Identificar los límites profesionales con los pacientes permite a una organización definir el  rango de comportamiento aceptable y facilita la identificación de los casos de violación de los límites. Los debates sobre los límites profesionales deben incluir:

  • Interacciones físicas
  • Interacción verbal
  • Comunicaciones electrónicas y redes sociales
  • Contacto accidental y no accidental
  • Favoritismo
  • Dar y recibir regalos
  • Derivaciones

2. Integrar un enfoque global de los acompañantes y asistentes.

Los acompañantes o asistentes suelen estar presentes durante los exámenes con el fin de preservar la intimidad del paciente y ayudar a mantener los límites profesionales durante las interacciones individuales. Sin embargo, la simple presencia de un acompañante o asistente durante los exámenes íntimos no elimina por completo el riesgo. Es preciso adoptar un enfoque global, que incluya la identificación:

  • Situaciones en las que se requiere un acompañante;
  • Quién puede actuar como chaperón basado en su rol dentro de la organización y en la capacitación especializada que haya recibido;
  • El papel del chaperón  durante el examen, incluyendo dónde situarse, cómo proporcionar apoyo y comodidad al paciente y al mismo tiempo equilibrar las preocupaciones sobre la privacidad;
  • Cómo se introduce y se ofrece a los pacientes el concepto de chaperón;
  • Cómo documentar la presencia de u chaperón; y
  • Cómo educar a los chaperones en la identificación y notificación de comportamientos de alerta.

3. Crear una educación sólida  del paciente y circuitos de retroalimentación

Educar a los pacientes contribuye a la seguridad general. Cuando los pacientes comprenden los límites profesionales que han sido impuestos  y lo que pueden esperar durante sus interacciones, es más probable que se impliquen y hagan preguntas. De este modo, se sentirán más cómodos a la hora de comunicar cualquier preocupación que pueda afectar a la seguridad de los demás.

4. Ampliar los procedimientos de respuesta y minimizar los obstáculos en la notificación

La forma en que su organización responde a las denuncias de interacciones sospechosas o inapropiadas, violaciones de los límites o sospechas de abuso puede influir drásticamente en el daño a la persona y en el daño a su organización. Una vez que su organización tiene conocimiento de una preocupación o alegación sobre el trato a un paciente, deben tomarse medidas rápidas y determinadas para reducir cualquier riesgo posterior de daño. Éstas deben incluir métodos de respuesta claros que integren una serie continua de respuestas. No basta con disponer de estos protocolos. Todo el mundo debe disponer de información sobre cómo informar y elevar preocupaciones de cualquier naturaleza, y al igual  debe haber transparencia en el proceso de respuesta.

5. Garantizar que la dirección comprenda la cultura de la seguridad y se comprometa con ella.

El compromiso con una cultura de la seguridad en las organizaciones sanitarias empieza desde arriba. Para establecer esta cultura de la seguridad, los líderes deben demostrar su compromiso con la prevención del abuso, en  forma pública y frecuente, con palabras y acciones. El compromiso exige que la prevención del abuso sea una responsabilidad designada y requiere un enfoque sistémico integral de la prevención del abuso.