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¿Qué pueden enseñarnos los deportes acuáticos sobre la protección de los niños, niñas y adolescentes ?
Comparación de una cultura preventiva
Cuando consideramos la seguridad de los jóvenes dentro de una organización, resulta útil analizar las organizaciones con reputación de crear seguridad en un entorno que presenta riesgos de forma natural. La acuariofilia es un excelente ejemplo de cultura de seguridad preventiva, más que de cultura de seguridad reactiva.
Entre las obligaciones y responsabilidades que se cumplen en el ámbito de los deportes acuáticos se incluyen:
Vigilancia
Los nadadores, los clientes y las zonas acuáticas están constantemente vigilados.
estándares
Las estándares de seguridad se aplican estrictamente hasta el punto de expulsar de la zona acuática a los clientes y al personal que las incumplan.
Emergencias
El personal está formado para actuar rápida y adecuadamente para garantizar la seguridad de los clientes en caso de emergencia mientras se espera la llegada del personal de emergencia.
Higiene
Las políticas relativas a la higiene se establecen, se comunican claramente y se aplican estrictamente.
Medio ambiente
El agua se controla periódicamente y se trata con las dosis adecuadas de productos químicos.
Condiciones
Las condiciones meteorológicas se vigilan de cerca para garantizar la seguridad del entorno de la piscina.
Educación
Se imparten clases de natación y entrenamiento a la comunidad y a los usuarios.
¿Qué es una cultura de la seguridad?
"Una cultura de la seguridad es un entorno de trabajo en el que cada día, cada trabajador mantiene en primer plano el bienestar de las personas atendidas".
La mayoría de las organizaciones tienen políticas relacionadas con la seguridad. Probablemente le hayan dado instrucciones una o dos veces sobre cómo notificar un incidente. Pero la cultura de la seguridad va más allá de las políticas y los procedimientos. Se trata de la mentalidad, del valor establecido de la seguridad de cada persona y de cómo esa mentalidad enciende una red más eficaz de políticas preventivas.
¿Qué aspecto tiene la cultura de la seguridad en las actividades acuáticas?
Cuando los jóvenes están en el agua o cerca de ella, automáticamente asumen un riesgo. "Esto podría ser peligroso. Por lo tanto, vamos a tomar estas precauciones". Por eso los programas acuáticos suelen ser grandes ejemplos de cultura de la seguridad.
Políticas - estándares comprendidas
Una cultura de la seguridad comienza con el desarrollo y la comunicación de estándares claras y comprensibles. Todos los implicados deben saber exactamente lo que se espera de ellos mismos y de los demás. También deben comprender las consecuencias de no cumplir las estándares.
En las actividades acuáticas, las políticas se abordan como una parte esencial de las operaciones, no como una ocurrencia tardía o algo que hay que añadir. Están bien pensadas y comunicadas. Preparan el terreno para un entorno seguro y crean memoria institucional.
La claridad de las políticas es la primera característica vital. Deben ser claras y concisas, sin lugar a confusiones. Deben comunicarse junto con el razonamiento que las sustenta. Si el personal no entiende el motivo de la política, es más probable que la ignore. Por último, el equipo debe tener la competencia necesaria para cumplir las estándares establecidas. Si eso requiere más capacitación, hay que impartirla.
Acuáticos:
- Pruebas de natación
- Niveles químicos
- Mal tiempo
- Correr/jugar a caballo
- PFDs
- Buceo
- Proporciones
Algunos de estos conceptos están relacionados con la Prevención de abusos. Todos los programas deben tener políticas relacionadas con:
- Interacciones personales
- Interacciones físicas y verbales
- Para hacer regalos
- Comunicación electrónica
- Proporciones
capacitación - Aplicación previsible
Las políticas no sólo son inútiles si no se aplican. También pueden ser perjudiciales. Cuando las políticas no se aplican, o no se aplican de forma coherente, los implicados pueden percibir parcialidad, malicia o negligencia. Por lo tanto, es imperativo para la cultura de seguridad que todas las políticas establecidas se apliquen tal y como se describen en cada momento.
La capacitación es una de las diferencias más significativas entre la seguridad acuática y la cultura de seguridad para la prevención de abusos actualmente. Claro que en ambos entornos se suele impartir capacitación, pero ¿qué ocurre cuando un socorrista no obtiene la certificación? No prestan servicio.
Los salvavidas deben ser siempre profesionales formados capaces de mantener el nivel de seguridad que se espera de ellos. Algunos de los cursos de certificación, capacitación continua y capacitación durante el servicio que reciben son:
- Prueba de resistencia
- Más de 20 horas de instrucción
- Prueba de aptitud
- Prueba escrita
- RCP, primeros auxilios, DEA, administración de oxígeno
- Natación de resistencia
- Demostración de competencias
- Ejercicios de tablero/EAP
- Prueba de exploración de la bola roja
- Gotas falsas
- Prueba de sombra
Nunca se debe oír a un administrador de actividades acuáticas decir que "sólo necesita otro cuerpo para el ratio", y lo mismo debe aplicarse a la programación no acuática.
Participación del consumidor - Adopción de la cultura
La seguridad como cultura significa que todo el mundo adopta la seguridad como parte de su trabajo. Entienden que parte de la descripción de su trabajo consiste en mantener su propia seguridad y la de sus compañeros y las personas a su cargo. Nunca se asume que la seguridad es sólo el trabajo de otra persona.
Rara vez basta con que una organización asuma por sí sola la responsabilidad de la seguridad de los clientes. La participación de los usuarios les permite controlar su seguridad hasta cierto punto. Por ejemplo, en las actividades acuáticas se imparten clases de natación, se fijan estándares en la zona de la piscina y se imparten clases de seguridad en el agua, como "Saber antes de ir " y " Seguridad en el agua". Del mismo modo, los programas no acuáticos deben buscar formas de utilizar elementos de educación del consumidor en sus instalaciones y programas.
Vigilancia - Señales de advertencia
La parte más crítica de la seguridad como cultura es la asunción vital del riesgo. Cuando se cree que el abuso puede ocurrir en cualquier lugar y por cualquier persona, las señales de advertencia se toman siempre en serio. Por el contrario, la minimización debida a la negación crea un refugio para el abuso y una prisión para las víctimas.
Los programas acuáticos sobresalen en la supervisión, y los programas no acuáticos pueden adoptar principios similares en sus propios procedimientos de supervisión. La cultura de la seguridad acuática se basa tanto en la vigilancia activa como en la política y la capacitación. Los socorristas y demás personal realizan constantemente exploraciones de zonas. Aplican programas de rotación que mantienen alerta a los socorristas. Crean y estudian diagramas de la piscina y realizan inspecciones químicas y de las instalaciones. Los usuarios jóvenes se someten a pruebas de natación antes de que se les permita entrar en las zonas más profundas. En algunos casos, se implantan sistemas activos de detección de ahogamientos.
Notificación inmediata
El resultado de tomarse en serio las señales de advertencia dentro de una cultura de seguridad es la notificación inmediata, es decir, la notificación sin vacilación ni minimización. Independientemente de quién esté implicado o de quién pueda ser testigo, todos los incidentes, señales de alarma y señales de advertencia se notifican inmediatamente.
Moral alta
A primera vista puede parecer que hay más restricciones y menos confianza, pero una auténtica cultura de la seguridad en realidad aumenta la moral. Esto se debe a que todo el mundo se siente más seguro, más valorado y, en general, más considerado e implicado en el contexto de la organización.
Mejora de la calidad
Una cultura de la seguridad es una cultura con visión de futuro. Los peligros tienden a adaptarse, por lo que la prevención también debe adaptarse constantemente. La mejora de la calidad es un concepto institucionalizado en una organización que mantiene una cultura de la seguridad eficaz.
La continuidad del compromiso
Empieza con la complacencia.
La complacencia es la falta de cultura de seguridad y la aparente indiferencia por la seguridad en toda la organización. No se deriva de un deseo de invitar al abuso, sino más bien de la ausencia de asunción de riesgos.
La complacencia niega que pueda ocurrir un incidente. Asume que hay seguridad. La organización puede tener pocos procedimientos estandarizados, esperando que su éxito pasado continúe sin inhibiciones. Las respuestas son punitivas, tratan los incidentes como fallos del personal y no ofrecen ninguna prevención para futuros incidentes.
Luego está el Cumplimiento.
El cumplimiento es exactamente lo que parece: la adhesión a las estándartivas estatales y federales como estándares de atención. El problema del simple cumplimiento de la estándartiva es que ésta establece lo mínimo aceptable según la ley. No se puede desarrollar una cultura de la seguridad si la cultura consiste en atenerse a lo mínimo permitido.
El cumplimiento se centra en reaccionar ante los incidentes en lugar de prevenirlos. El personal puede estar formado, pero tiene dificultades con los requisitos y los valores. Se minimizan las banderas rojas y las señales de advertencia porque no se asume, comprende ni prioriza el riesgo.
Y, por último, el compromiso.
El compromiso es la regla de oro. Es lo que ocurre cuando la seguridad se convierte en una prioridad. Se designan funciones para la protección y la responsabilidad de los jóvenes. La capacitación es frecuente, relevante, impactante y proactiva. Los procesos de contratación se diseñan específicamente para minimizar el riesgo de abusos. Las políticas son claras, específicas y se comunican bien.
¿Qué se lo impide?
Existen algunos obstáculos conocidos a la adopción de una cultura de seguridad eficaz. Por lo general, todo se reduce a una cosa: los recursos. Su tiempo, atención y dinero van en direcciones diferentes, y usted debe decidir cómo asignarlos.
Podemos aprender mucho de la cultura acuática. Las organizaciones se acercan a una cultura de la seguridad pasando de la autocomplacencia o el cumplimiento a desarrollar el compromiso cada día, durante cada turno y con cada empleado. Sólo es posible crear una cultura que evite los abusos tomándose en serio todas las señales de alarma, por pequeñas que sean. Trabajando juntos para crear una cultura que priorice la seguridad de los consumidores a los que servimos por encima de cualquier otra cosa, todos nos convertimos en socorristas, salvaguardando las vidas de nuestros niños y poblaciones vulnerables.